Un auto caprichoso que le pedían pedos agrega un giro peculiar a la carretera. Imagínense consumir juguetonamente todas las banderas que encuentra, convirtiendo un simple impulso en una carrera contra el tiempo. Pero sea cauteloso: los autos rojos y las misteriosas piedras rojas acechan en el camino. El escape único del automóvil podría ser la clave para ralentizar esos autos rojos, dándole la ventaja necesaria para comer todas las banderas antes de que se agote el reloj. ¡Es un desafío divertido que combina velocidad, estrategia y un poco de humor!
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